Como regla general, B&E recomienda a sus clientes que vendan sus productos por lo menos al doble del costo de los materiales utilizados para su confección. Pero esto no es una Regla de Oro ya que el precio de venta de un producto también depende de la dificultad de elaboración, la demanda del producto y la competencia en el mercado. Es deber de cada confeccionista orientarse en todos estos aspectos para determinar un precio razonable que sea asequible para el consumidor y produzca ganancias.